En este caso, el tribunal de sentencia de Cataluña ha confirmado la sentencia del tribunal de lo social nº 26 de Barcelona. Ha reconocido como accidente de trabajo la sentencia de burnout sufrida por una profesora con 35 años de ejercicio profesional.
La mutua de accidentes de trabajos había recurrido la sentencia del juzgado alegando que se trataba de una enfermedad común de su trabajo como profesora con algunas supuestas características de su personalidad "alto neuroticismo, rasgos histriónicos y desadaptativos".
Sin embargo, el Tribunal Superior consideró que esas supuestas características no resultan determinantes, ya que existe una vinculación entre la patología y el trabajo.
Por este motivo, el Tribunal reconoce la incapacidad permanente absoluta de la profesora, y condena a la Mutua a abonarle una pensión del 100% de la base reguladora.
Anteriormente había estado más de una añ de baja debido al alevado nivel de ansiedad que sufría, lo que le povocó baja autoestima, sentimientos de incapacidad y culpa y ansiedad extrema.
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